Resource Type: Audio
La madre de Luke, niño de 3 años con retraso del desarrollo, presenta su perspectiva unos meses después de matricularlo en un establecimiento de cuidado infantil. Ella habla de sus sentimientos respecto a las intervenciones incorporadas tanto en la casa como en el establecimiento.
view transcript
Christine:
Yo sé lo difícil que puede ser. En la casa era difícil día tras día, mostrarle a mi hijo con las manos cómo comunicarse conmigo. Una y otra vez lo ayudaba a hacer la seña de “más”, o le llevaba la mano hasta el botón grande del dispositivo de voz para que lo oprimiera e hiciera un sonido de animal, con la esperanza de que un día me respondería por sí solo. Mi hijo tiene una rara anormalidad cromosómica. No hay otros casos como el suyo. De manera que ningún doctor puede decir lo que va o no va a poder hacer. Pero ¿no es eso válido para todos los niños? Todos somos diferentes. De modo que seguí con mi fe ciega y un día mi hijo me respondió con una seña. Un día me pidió “más” y más es lo que le di. Seguimos trabajando, todos los días, con intervenciones incorporadas todo el día y ahora mi hijo me habla en oraciones de 3 a 4 palabras. Es cierto que no me habla con su voz, pero yo lo entiendo de todas maneras.
A veces pienso que la actitud de mi hijo, calmada y relajada, es contraproducente. Si mi hijo no puede dirigirse a alguien, o tiene problemas para mantener su atención, no se frustra ni se enoja. Se contenta con darse vuelta y jugar solo. Es calmado, no perturba a nadie, es el ideal para el maestro, diría yo. Pero si los maestros simplemente practicaran con él todos los días, aunque fuera sólo un poquito, para que usara el dispositivo de voz, o si le presentaran señas, él aprendería que puede dirigirse a ellos y formar parte de la comunidad del salón de clases. Y de ahí en adelante, ¿quién sabe adónde podría llegar? Me encantaría ver que mi hijo intentara hablarle a un compañero de clase. Que yo sepa, nunca ha intentado decirle nada a otro niño. Sus maestros están en una posición privilegiada para incorporar actividades de apoyo de compañeros en sus rutinas diarias y favorecer esa interacción.
Mi esposo y yo tenemos diferentes puntos de vista sobre las intervenciones incorporadas. Él no se preocupa como yo de que Luke se esfuerce para alcanzar estas metas y piensa que, con tal de que se sienta querido y contento, Luke adquirirá estas capacidades naturalmente. Pero algo en que los dos estamos de acuerdo es que el cielo es el límite para Luke. Hemos visto a nuestro hijo progresar hasta este punto y sabemos que los únicos límites que tiene son los que nosotros le imponemos. Quiero que Jackie y el resto del personal aprenda de nuestra experiencia y nos ayuden a todos a seguir progresando.
My husband and I differ on our views about embedded interventions. He’s not as concerned as I am that Luke work towards these goals, and thinks that as long as Luke is loved and happy, he will gain these skills naturally. But one thing we both agree on is that the sky is the limit for Luke. We have seen our son come so far, and we know that his only limits are those we put on him. I want Jackie and the rest of the staff to learn from our experience and help us all continue to grow.