Christine, madre de Luke, niño de 3 años de edad con retraso del desarrollo, presenta su punto de vista sobre el dilema que implica la admisión de su hijo a un establecimiento de cuidado infantil (duración: 2 minutos, 20 segundos).
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Christine:
La primera vez que pensamos en inscribir a Luke en un establecimiento de cuidado infantil nos sentimos nerviosos y entusiasmados al mismo tiempo.
En ese momento, teníamos servicios de intervención temprana en casa y Luke había avanzado mucho con la ayuda de sus terapeutas.
Teníamos una magnífica niñera que lo quería mucho y que ponía mucha energía para enseñarle.
Nos resistíamos un poco a renunciar a eso pero sabíamos que Luke se estaba perdiendo el aspecto social de su desarrollo por no estar con niños de su edad y habíamos oído muy buenas referencias sobre esta escuela en particular.
Todos hablaban sobre la inclusión, que era una idea nueva para nosotros. Iba a estar en el mismo salón en que están los niños de desarrollo normal, pero dudábamos. ¿Se esperaba que de hecho jugara y participara en las actividades de este salón de clase?
Mi mayor preocupación era la comunicación. Luke puede comunicarse bastante bien en la familia pero eso es porque conocemos sus señas, sus dispositivos de comunicación y lo que le gusta y no le gusta en general. ¿Tendría una maestra las capacidades o el tiempo y la voluntad de adquirir esas capacidades para comunicarse bien con Luke a fin de incluirlo realmente en las actividades del salón de clase?
Si es posible incluirlo de buena manera, tenemos la esperanza de que aprenda más, rodeado de compañeros y motivado a probar lo nuevo. Es una oportunidad para que aprenda a adaptarse a los niños de su propia edad hacerse amigo y formar parte de la comunidad. La maestra que conocimos, Jackie, parece dispuesta a trabajar con Luke aunque reconoció que no tiene mucha experiencia con niños con discapacidades y que sabe sólo unas cuantas señas.
Esperábamos que se seguiría avanzando hacia las metas de habla de Luke por medio de terapia individual con un especialista. Pero la directora nos dijo que estas metas estarían incorporadas en las rutinas y actividades diarias de Luke en el salón de clase. Eso tiene sentido para nosotros en teoría porque es esencialmente lo que ya hacemos en la casa. ¿Pero estamos dispuestos a pasarle las riendas de este proceso a una maestra que también tiene que controlar a los niños de todo un salón de clase? No estamos seguros.